UN AMIGO VERDADERO...
El día de hoy quiero
contarles sobre un personaje que para
muchos de ustedes ha simbolizado a un gran amigo, fiel acompañante en todo
momento y al ocurrirme a mí, llegué a la conclusión de que deseaba compartirlo
y bueno he aquí la historia de este ser tan maravilloso, que les presumo.
Hace 1 año, el perro de mi
abuelita falleció, su nombre era Chester, era un perro adorado por la familia,
a pesar de ser gruñón y mordernos cuando
nos acercábamos mientras comía, (ja ja).
Fuera de eso, siempre estaba de buen humor, dispuesto a jugar con nosotros,
lanzándole la pelota, o cuando alzaba las patitas y bailaba, todo eso lo hacía
y más, sólo viendo de un sólo ojo y estando ya grande para su edad. La edad,
fue lo que lo mató, en sus últimos días se
alejaba de mi abuelita y un día estando la puerta abierta se salió de la casa y
no volvió, en su búsqueda, había un lugar que le gustaba frecuentar (un basurero) y fue precisamente ahí donde lo
encontraron muerto; su partida nos causó
un dolor fuerte, en especial a mi abuelita
que lo veía como su único acompañante cuando ella estaba sola en casa.
Con la muerte
de Chester, ella ya no deseaba tener ninguna mascota, puesto que
extrañaba a su amigo. Hasta que logramos convencerla de que podría darle un
hogar a un perro callejero (adoptándolo), ante esta petición, cambió de parecer
y decidió adoptar.
El perro adoptado se nombró Cooper,
era apenas un cachorro, de color blanco y con quien viví maravillosas experiencias.
Recuerdo que el día que lo llevaron a la casa (de mi abuelita), a pesar de que
no estar presente, estaba muy emocionada por conocerlo, pues nunca he tenido
perros y al verlos me pongo muy feliz.
El día llegó, fue lunes, al
salir de la escuela mi mamá nos dijo que
visitaríamos a mi abuelita, en cuanto llegamos,
abrí la puerta, el perro salió corriendo a mi dirección para verme; su
saludo era tan amistoso, que sentí una conexión, jugué con él y lo cargué
varias veces. En las siguientes visitas, todo el tiempo me la pasaba con él,
corriendo, rascándole la pancita, sacarlo a pasear (cuando iba a la tienda); En
una de las ocasiones me llegué a acostar en el piso y se me acercó, se acostó
junto a mí luego se subió en mi panza y los dos nos dormimos un buen rato.
Otro de los grandes momentos
que vivimos fue cuando llegué a verlo en
el pasto y se me quedo viendo, tenía una postura como si estuviera modelando,
por lo que en ese momento decidí tomarle una foto y hasta el día de hoy la
tengo de fondo de pantalla. Cuando murió,
no lo podía creer, sentí un dolor profundo y eso que no llegamos a convivir
todos los días. Siempre lo recordaré.
Nota: Espero que les haya
gustado lo que les escribí, porque exprese mis grandes sentimientos; por cierto
mi mamá se sintió cuando vio la imagen de Cooper en mi celular, pues no llegaba
a entender cómo era posible que pudiera escoger a un perro por encima de ella.
Natz, feliz cumple que hoy y siempre vivas grandes experiencias,
te deseo lo mejor en cada paso que des en tu vida. J
AMB
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