miércoles, 23 de abril de 2014

UN AMIGO VERDADERO...

El día de hoy quiero contarles sobre un personaje que  para muchos de ustedes ha simbolizado a un gran amigo, fiel acompañante en todo momento y al ocurrirme a mí, llegué a la conclusión de que deseaba compartirlo y bueno he aquí la historia de este ser tan maravilloso, que les presumo.

Hace 1 año, el perro de mi abuelita falleció, su nombre era Chester, era un perro adorado por la familia, a pesar de ser  gruñón y mordernos cuando nos acercábamos  mientras comía, (ja ja). Fuera de eso, siempre estaba de buen humor, dispuesto a jugar con nosotros, lanzándole la pelota, o cuando alzaba las patitas y bailaba, todo eso lo hacía y más, sólo viendo de un sólo ojo y estando ya grande para su edad. La edad, fue lo que lo mató,  en sus últimos días se alejaba de mi abuelita y un día estando la puerta abierta se salió de la casa y no volvió, en su búsqueda, había un lugar que le gustaba frecuentar  (un basurero) y fue precisamente ahí donde lo encontraron  muerto; su partida nos causó un dolor fuerte,  en especial a mi abuelita que lo veía como su único acompañante cuando ella estaba sola en casa.

Con  la muerte  de Chester, ella ya no deseaba tener ninguna mascota, puesto que extrañaba a su amigo. Hasta que logramos convencerla de que podría darle un hogar a un perro callejero (adoptándolo), ante esta petición, cambió de parecer y decidió adoptar.

El perro adoptado se nombró Cooper, era apenas un cachorro, de color blanco y con quien viví maravillosas experiencias. Recuerdo que el día que lo llevaron a la casa (de mi abuelita), a pesar de que no estar presente, estaba muy emocionada por conocerlo, pues nunca he tenido perros y al  verlos me pongo muy feliz.

El día llegó, fue lunes, al salir de la escuela  mi mamá nos dijo que visitaríamos a mi abuelita, en cuanto llegamos,  abrí la puerta, el perro salió corriendo a mi dirección para verme; su saludo era tan amistoso, que sentí una conexión, jugué con él y lo cargué varias veces. En las siguientes visitas, todo el tiempo me la pasaba con él, corriendo, rascándole la pancita, sacarlo a pasear (cuando iba a la tienda); En una de las ocasiones me llegué a acostar en el piso y se me acercó, se acostó junto a mí luego se subió en mi panza y los dos nos dormimos un buen rato.

Otro de los grandes momentos que vivimos fue  cuando llegué a verlo en el pasto y se me quedo viendo, tenía una postura como si estuviera modelando, por lo que en ese momento decidí tomarle una foto y hasta el día de hoy la tengo de fondo de pantalla. Cuando  murió, no lo podía creer, sentí un dolor profundo y eso que no llegamos a convivir todos los días. Siempre lo recordaré.

Nota: Espero que les haya gustado lo que les escribí, porque exprese mis grandes sentimientos; por cierto mi mamá se sintió cuando vio la imagen de Cooper en mi celular, pues no llegaba a entender cómo era posible que pudiera escoger a un perro por encima de ella.

Natz, feliz cumple  que hoy y siempre vivas grandes experiencias, te deseo lo mejor en cada paso que des en tu vida. 



AMB

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