sábado, 22 de marzo de 2014

¿Acaso no nos oyeron?

Mi plan inicial era escribir acerca de la insignificancia de nuestra vida cotidiana al compararla con la inmensidad del Universo, pero no creo ser la única persona que está demasiado cansada para tener una crisis existencial en este momento. Así que hablaré de bandas, dos bandas que me llenan por dentro.

Primero necesitaremos algo de contexto, el cual intentaré resumir para no aburrirnos.

En 2009 la banda de rock alternativo/emo/pop-punk-énfasis-en-el-pop-y-en-el-punk Fall Out Boy, entró en un hiato indefinido, dejando a miles de adolescentes inadaptados llorando en una esquina y esperando su regreso.

Durante este hiato, My Chemical Romance —una banda relacionada con el movimiento emo [<<QUE NO SON EMO>>, grita un fan preadolescente del grupo desde la distancia] — hacía de las suyas. En 2010 tuvo un giro radical con el sonido de su cuarto álbum; giras, festivales, presentaciones acústicas y en televisión. En agosto de 2012, Gerard Way (vocalista y fundador de la banda) anunció que estaban trabajando en su quinto disco, MCR5.
 
 

[Fans empiezan a quemar el blog]. Entre 2012 y 2013, My Chem publicó una serie de diez canciones, nuevas para los fans pero no para el grupo, pues habían sido grabadas en 2009 y puestas a un lado.

En febrero de 2013, Fall Out Boy hace su vuelta al escenario, revelando que ya tenían preparado un nuevo álbum —Save Rock and Roll— y una gira mundial para promoverlo. Twitter irradiaba alegría: los emos estaban de vuelta y teníamos música nueva de MCR, además de la promesa de un nuevo álbum. Todo era bello y nada dolía¹. Pero fue demasiado emo para que el Universo lo soportase.

El 22 de marzo de 2013, yo llegaba a mi casa después de haber ensayado algún baile del que no recuerdo mucho. Como me era costumbre y compulsión, abrí la aplicación de Twitter en mi teléfono y me encontré con el Caos —sí, Caos, con mayúscula—. Puedo describir mucho de lo que vi pero no vi mucho, como varios otros usuarios solté mi teléfono y me hice bolita al ver lo que pasaba. ¿Por qué?
 
 
Por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué, por qué.
 
Al día siguiente volví a entrar a Twitter. De los usuarios a los que sigo, casi todos admiradores de MCR, probablemente la mitad seguía en shock; otros se abrazaban (virtualmente entre ellos, o a sí mismos) y hablaban de todas las cosas buenas que My Chemical Romance había hecho por ellos. Gran parte de mi timeline estaba llena de teorías características de la fase de negación; éstas fueron casi tan divertidas como la furia creciente provocada por una ruptura vía publicación de blog.
El 25 de marzo del mismo año, Gerard escribió una carta a los fans explicando la razón de la ruptura. Podría decir que todo estuvo bien después de eso, pero mentiría. Mi timeline sigue llena de negación. Dejando eso a un lado y enfocándonos en lo que quería mostrarles desde que escribí el título, miren este post de Tumblr²:


Temblando en un rincón,

Regina.

 


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