“Blackfish” es un documental
dirigido por Gabriela Cowperthwaite, que habla sobre la vida de las orcas
en los parques acuáticos, principalmente en Sea World, tanto en San Diego como
en Florida.
Todo comienza con la caza de las llamadas ballenas asesinas. Al inicio, los
cazadores las capturaron en Washington pero tras tal evento, el Estado les
prohibió volver a hacerlo, por lo que se fueron a Islandia para atrapar más.
Así que se llevaron a las más pequeñas, alejándolas no sólo de su hábitat
natural, sino también de sus madres cuando en su naturaleza está pasar casi
toda su vida junto a ellas.
Según el reportaje, las orcas aparecieron en Sea World
compradas a un pequeño parque tras el cierre de éste y comenzaron a ser
entrenadas por los profesionales.
Creo que el documental revela una serie de mentiras. Por
ejemplo, al inicio o final de cada show, los presentadores y entrenadores hablan
maravillas sobre la vida de las orcas en el parque; dicen que viven entre 20 y
30 años (que es lo que viven en cautiverio), pero no mencionan que cuando viven en su hábitat natural llegan a vivir el doble.
También dicen que son extremadamente felices, incluso cuando es posible ver las
heridas abiertas de las orcas macho en pleno espectáculo causadas por
las orcas hembra con las que viven, y que lo que hacen es porque aman hacerlo.
Los ex entrenadores que son entrevistados, narran como
comenzaban a creer todo lo que les hacían decir después de tanto repetirlo y su
gran arrepentimiento. Esto lo sé también personalmente porque hace tres años
tuve la oportunidad de visitar Sea World San Diego y ahora me doy cuenta de que
en realidad todo es parte de un negocio.
Está comprobado por neurocientíficos, que el cerebro de
estos mamíferos está aún más desarrollado que el nuestro, lo cual les hace
pensar que también tienen sentimientos y emociones. Esto lo respalda la
anécdota de una orca que se la pasó días y días llorando cuando transfirieron a
otro parque a su pequeña hija. Las orcas por cosas similares, o por el simple
hecho de vivir encerradas, viven con traumas que es lo que las hace ser
agresivas en ocasiones y llegar a matar a los entrenadores con los que conviven
siempre.
Numerosos ataques y agresiones son mencionados a lo largo
del documental. Lo grave es que culpan a los entrenadores mismos de los eventos
diciendo que tuvieron errores de tiempo, uniforme, distribución, etcétera,
intentando esconder que es una reacción que tienen los animales por estar
cansados de vivir de esa manera. ¿Quién no tendría una reacción similar si
viviera encerrado?
Me parece que
debemos respetar y cuidar a todos los animales. Las orcas no están aquí para
divertirnos o algo parecido. Deberían vivir en su hábitat natural y ser libres
tal como nosotros. No es necesario que sean lastimadas sólo para entretener a
un montón de personas. Esto debe hacernos reflexionar para reconocer que el
equilibrio de la naturaleza consiste en saber convivir todos los seres vivos en
armonía.
-Stef
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