sábado, 29 de marzo de 2014

BELLA

Era una tarde de agosto, mi familia y yo  llegábamos de un viaje a Querétaro, de hecho ya era noche, estábamos a punto de entrar a casa, cuando de repente en la puerta principal se empezó a asomar una cosa peluda, no podíamos ver de manera clara que era, pues estaba obscuro, por lo tanto decidimos acercarnos más y con la luz del coche nos dimos cuenta de que era un perrito de color negro, parecía que estaba temblando, creo que tenía frío, tenía mucho pelo y no podíamos verle su carita. Pensamos que era de alguno de los sueños de las otras casas o que simplemente se iría al siguiente día.
A la mañana siguiente, me enteré por mi hermano de que ese indefenso animal seguía en nuestra puerta, me encaminé a verlo y pude ver que estaba muy chiquito, parecía tener miedo, me dio mucha ternura, pero también tristeza, pues nos dimos cuenta que alguien lo había dejado ahí o tal vez se escapó de algún lugar o algo así.
Con el paso del tiempo la empezamos a cuidar, a alimentarla, yo personalmente ya me estaba empezando a encariñar mucho con ella. Nos dimos cuenta que era hembra, no quería irse de la casa, nosotros no sabíamos qué hacer con ella, ya teníamos dos perritos y uno más iba a ser el caos, pero yo insistí en quedarnos con ella. Después descubrimos que estaba enferma, que sus patitas traseras no estaban bien, no caminaba como los otros perros, eso me hizo sentir más ternura y cariño por ella, yo no quería dársela a nadie más, yo quería cuidarla, pero mi papá si quería  buscarle a otra persona, pero nadie quería cuidarla, al final, yo le prometí a mi papá que la cuidaría como si fuera mi hija y que yo me encargaría de ella, así que se quedó.
Hoy en día no me arrepiento de haber tomado esa decisión, le puse como nombre Bella, porque para mí suena tierno y es lo que ella muestra, ternura, pensé en un principio que al llevarla por mi primera vez al Veterinario, este nos iba a decir que era mejor sacrificarla por la condición de sus patitas, pero no, nos dijo que era por desnutrición, pero que si la cuidábamos se recuperaría, no del todo, pero si se adaptaría y al final mi Bella lo logró.
Cada vez que llego a casa, ella empieza a ladrar y a emocionarse porque ya sabe que ya estamos en casa, abro la puerta del jardín y entra hecha una bala, con tanta energía y felicidad que hasta me la trasmite. Me alegra verla así, llena de vida, que a pesar de que sus patitas no se compondrán, ella corre como si fuera libre.
Bella es muy dulce, pero debo decir que tiene sus momentos locos. Le encanta dar besos, es más, nunca para! Sobre todo en los pies y en las manos, parece que tiene una gran obsesión con ellos. También es un poco flojita y prefiera estar adentro de la casa que afuera. Tiene unos ojos hermosos y grandes y aguas cuando le das de comer, porque suelta unas mordidas horribles y aunque parezca inocente, es una fiera!


En fin, es un amor de perrito, es muy importante para mí, la amo y siempre cuidaré de ella. 


- Sandy

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