martes, 11 de marzo de 2014

La sombra del hombre delgado con el sombrero (parte l)


Soy una persona muy poco miedosa. Quienes me conocen dice que no lo soy; así que prepárense para las siguientes historias, pues acepto que conocí el miedo hasta que llegué a mi actual hogar, especialmente en vacaciones decembrinas (esos sucesos los contaré en la parte dos).

En el lugar donde vivo, desde que nos mudamos, nos han pasado cosas extrañas. Todo empezó con cosas tranquilas, pero cada vez que pasa más el tiempo, los suceso se vuelven intensos, al grado de poder decir que suceden “actividades paranormales”.

Hace casi 5 años que vivo aquí, y lo primero que me pasó fue ver a una chava, por cierto, muy bonita, de cabello negro, largo y brilloso; eso sí, su piel demasiado blanca. Me encontraba en el sillón cerca de la puerta del cuarto de mi mamá, con mis pies apuntando hacia éste. Eran casi las 22hrs y ella ya no tardaba en llegar, así que, a pesar de estar cansada y con sueño, decidí solo recostarme. Estando acostada, en la espera de mi madre, sentí que alguien me miraba desde el cuarto de mi mamá, volteé hacia mis pies y no sólo sentía, había una chava mirándome. En cuanto ella se percató de que la vi, sólo pude ver que se escondió tras la pared, viendo por último su cabello. Me paralicé, mi cuerpo sintió primero frío y luego calor, recorriendo desde la punta de mis pies hasta la cabeza. No me dio tanto miedo, a pesar de que tenía 12 o 13 años, más sin embargo preferí ir a la ventana a esperar a mi mamá, quien por suerte, acababa de llegar.

Pasó el tiempo, mis hermanos que dormían en el cuarto de a lado, a veces no podían dormir por razones que hasta ellos desconocían. Y en una ocasión, después de la llegada de un Pinocho que le regalaron a mi hermana Joanna, porque le daba miedo al propietario original, más cosas raras sucedieron. En una ocasión, dice mi hermana, Perla, que le apagaron la alarma de su celular, que se la desactivaron, y justamente Pinocho estaba en su cuarto, junto al teléfono, con esa sonrisa cocida que tenía… Dirán: Fue pretexto para no despertarse, y respeto su opinión, yo tampoco le creía, pero fue hasta una noche donde me encontraba con mi hermana ,Joanna, esperando a mi mamá, cuando escuchamos ruidos por donde estaba Pinocho. Mi hermana es muy miedosa (hay que ser sinceros), entonces para bajar un poco ese miedo y el nerviosismo, encerramos a Pinocho en un mueble, donde la puerta es corrediza. Lo aventamos por la puerta derecha. MI hermana y yo, más tranquilas, nos fuimos a acostar al cuarto de mis hermanos; de repente se escuchó que alguien quería abrir la puerta del mueble. Yo no le dije nada a mi hermana para no espantarla, pero no fue necesario decirle, pues ella me miró y abrió sus ojos, se encontraba espantada, y dijo "¿Escuchaste?" Yo asentí con la cabeza, y ella me pidió que me acercara más a ella y no fuera a ver que sucedía como normalmente lo haría. Pasaron un poco más de 5 minutos, parecía ,durante ese lapso, que ya no se intentaba abrir la puertita por ocasiones. Llegó mi mamá y salimos corriendo a decir lo sucedido. No nos creía, por supuesto, es difícil de creer, es como decir que las películas de Chucky son reales. Fuimos hasta el mueble, abrimos la puerta derecha y ya no había nada. Mi hermana y yo nos miramos con cara de “qué diablos”, “dónde está”. Luego abrimos la puerta del lado izquierdo, y vimos a Pinocho, nuestra alma descansó un poco, pero mi hermana le pidió permiso a mi mamá para tirar a Pinocho.

Tal vez la historia del Pinocho no tenga mucho que ver con todos los demás sucesos que contaré, pero era importante, pues sigue siendo una historia de cosas inexplicables.

Después de Pinocho, la chava y ruidos que pretendíamos encontrarle explicación, cuando en realidad no tenían tanta, mi hermana Joanna decía que sentía que alguien la veía. En alguna ocasión vió a mi abuelita, que en paz descanse, la cual nunca conocimos, pues falleció cuando mi madre era tan sólo una adolescente. Le describió la mujer a mi mamá, y ella se sorprendió al saber que la descripción coincidía con la de su difunta madre. En otra ocasión vio a un niño vestido de militar, etc. Incluso mi hermano presenció actividades paranormales que casi no recuerdo, por lo cual no las anexo.

Otro suceso que me espantó fue de un domingo, iba a ir a comer con mi familia a un restaurante chino que se encuentra cerca de donde vivo. Me iba a bañar, y por alguna extraña razón, me metí al baño con mi celular y le puse seguro a la puerta, cosa que no hacía y sigo sin hacer. Estaba a punto de mojarme la cabeza cuando escuché que tocaron en la ventana, y lo primero que pensé fue que alguien había entrado a la casa. Cerré la llave del agua, miré hacía la ventana y no vi nada. Tocaron de nuevo, no se veía nada, ni la sombra de que alguien la estuviera tocando, y no había nada que chocara que pudieran explicar aquel suceso; fue ahí cuando pensé que nadie había entrado, mínimo no vivo.
En eso vi una sombra por debajo de la puerta, alguien intentando abrirla, me espanté, tomé mi celular y marqué el primer número que apareció. Era el de mi amiga Kenia, le conté lo que sucedía y me dijo “¿llamo a la policía?” y yo dije que no tenía caso, que no creía que fuese alguien visible como tal, en eso golpearon la ventana de nuevo,  ella escuchó, y dijo “espero no me estés bromeando eeeh”. Yo le aseguré y prometí que no era yo quien causaba esos ruidos. Todo se calmó, dimos fin a la llamada, me asomé por la ventana, mire debajo de la puerta. Estaba más tranquila, hasta que de repente sonó el teléfono de la casa. Honestamente, no quería salir del baño, pero agarré valor y salí corriendo a contestar el teléfono, era mi mamá diciendo que me apresurará porque ya hacía hambre.

Para la siguiente parte les daré aquí la introducción, pues todo se ve relacionado con la sombra de un hombre alto con sombrero, que tanto mi hermana Joanna y yo hemos visto en diferentes ocasiones. Y el cual hace demasiada aparición en la segunda parte que publicaré el 15 de abril.

La primera vez que vi su sombra, fue mientras hablaba con mi mamá y mi hermana, ellas desde el cuarto de mi mamá y yo desde la sala. Volteé porque me pareció ver a mi hermana salir del cuarto de mi mamá hacia nuestro cuarto, pero cuando vi bien, se trataba de un hombre muy alto, un poco delgado y con un sombrero. Y mi hermana lo vio un día que iba a prender el boiler para bañarse, pues hay un reflejo de la luz de fuera que entra por la cocina, proyectando una sombra en una parte de la pared de la sala de todo aquel que pase por enfrente de ella.

Con eso daré fin a la primer parte, la parte más tranquila de todos los sucesos paranormales que me han sucedido en el lugar donde vivo, incluyendo sucesos de mis familiares. Y adelantaré que la siguiente parte es de sucesos más recientes y mucho más fuertes que los que mencioné ahorita.
Rosze

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